martes, 28 de junio de 2011

Mercados con cartas marcadas (denuncia de un engaño masivo)

Los mercados se han convertido en los dueños del mundo.
Ninguno de los ocho significados que el Diccionario de la Real Academia propone para la palabra mercado sirve para definir a esos poderes anónimos en que se escudan nuestros políticos para gobernar y legislar contra la vo-luntad de la inmensa mayoría. La que más se aproxima es la cuarta acepción: «Conjunto de actividades realizadas libremente por los agentes económicos sin intervención del poder público». Esta definición se acerca a la que buscamos, pero tampoco sirve, puesto que se refiere a las actividades y no a los agentes. Como la cuestión no es baladí, dado que son los mercados los que parecen regir las decisiones de nuestros mandatarios y, por ende, nuestros destinos, hacemos desde aquí esta sugerencia urgente a nuestros lexicógrafos:
mercado.
9. m. Conjunto de entidades anónimas formado por la oligarquía financiera internacional que, sin personalidad jurídica alguna y sin concurrir a ningunas elecciones democráticas, usurpa la soberanía de los pueblos y decide cómo y para quién deben los Estados gobernar y legislar. U. m. en pl. Las medidas son necesarias para calmar a los mercados.
Por desgracia, no se trata de ninguna broma. La que se propone es una descripción real –indignantemente real– de la realidad politicoeconómica que estamos viviendo. La soberanía popular, consagrada en las Constituciones de toda Europa, ha sido secuestrada de facto por el poder financiero que se esconde tras el eufemístico nombre de los mercados. Los Gobiernos no están supeditados a la voluntad de la ciudadanía que los eligió, sino a los criminales designios de esos mercados. Y así nos va.
Es muy posible que, a muchos, nuestra definición les parezca simplista y sesgada. Es comprensible, dado que la opinión pública se moldea a partir de la opinión publicada. Y como la aplastante mayoría de los medios de desinformación que publican opiniones se encuentra en manos de esos mismos mercados, pedirles objetividad es como buscar agua en el desierto. La televisión, la radio, la prensa escrita y digital, las universidades y demás instituciones académicas y cualesquiera otras entidades capaces de crear opinión están mayoritariamente corrompidas por la omnímoda garra de los poderosos. La realidad que nos muestran periódicos, telediarios y tertulias está distorsionada hasta tal punto que cualquier otra descripción de lo que está pasando resulta increíble e inadmisible. Como la Alicia de Carroll, la ciudadanía ha traspasado el espejo y ya es incapaz de discernir qué lado es el real. Ni siquiera recurriendo a la lógica más elemental. Consideremos solo tres ejemplos:
La caja tonta se ha convertido en un arma más poderosa
que cualquier religión.
Una de las sandeces más repetidas es el absurdo silogismo de que, si se abarata y facilita el despido, se creará más empleo. Dicho así, es una píldora difícil de tragar, por lo que la primera premisa ha de traducirse primero al lenguaje neo-liberal: en lugar de abaratar el despido, se habla de flexibilizar el mercado laboral. Aun así, el argumento no supera el análisis más elemental. Es obvio que la cifra de parados está en relación directa con el número de despidos. ¿En qué universo paralelo se puede acabar con el paro creando más parados? ¿Sería prudente o sensato bajar el precio del agua en tiempos de sequía? Si se pretendiera reducir el consumo de derivados del petróleo, ¿sería razonable bajar el precio de los carburantes y animar a los conductores a pisar el acelerador?
Una segunda necedad que suele presentarse en envoltorio dorado es la de que la privatización de compañías o servicios estatales contribuye a aumentar la solvencia de los Estados, lo que redunda en una mayor confianza de los mercados en la deuda pública de esos Estados. Por mucho que esta patraña se disfrace en jerga neoliberal de medidas para aumentar la competitividad o liberalización de sectores estratégicos, estamos ante un expolio puro y duro. No hace falta ser un experto en macroeconomía para saber que cuantos más activos tiene una entidad –en este caso, un Estado– más solvente se la considera y más fácil le será acceder a un crédito. Es evidente que si el presupuesto español contara en su capítulo de ingresos con los pingües beneficios que actualmente generan empresas ya privatizadas como Telefónica, Repsol, Campsa, Endesa, o Argentaria (por citar solo algunas, que suman por sí solas decenas de miles de millones de euros), nuestra economía estaría mucho más saneada, y podríamos habernos ahorrado muchas emisiones de deuda pública y muchos recortes. Sin embargo, según los perversos postulados del nuevo capitalismo, esa lógica debe invertirse: para ganarse la confianza de los mercados, lo que hay que hacer es liquidar el patrimonio público. Si eso no es un chantaje, se le parece bastante.
Como tercer ejemplo de la inconsistencia de las mentiras con que los medios oficialistas pretenden distraernos, fijémonos en las políticas de recaudación estatales. Cualquiera que se haya visto obligado alguna vez a hacer números sabe que un presupuesto deficitario puede equilibrarse de dos maneras: recortando gastos o aumentando ingresos. A nadie se le ocurriría reducir los gastos y, además, reducir los ingresos. Y, sin embargo, eso es exactamente lo que se está haciendo. Bajo la capciosa etiqueta de medidas de estímulo fiscal para reactivar la economía, se están reduciendo los impuestos a las grandes fortunas. Reducciones de cuotas sobre los beneficios empresariales, incentivos en forma de exenciones fiscales, eliminación de figuras tributarias (Impuesto sobre el Patrimonio), simplificación de tramos en el Impuesto sobre la Renta, consolidación de figuras jurídicas con un trato fiscal especial e indecente (SICAV’s, ETVE’s)… Por no hablar de la vergonzosa pasividad de las autoridades ante la evasión de impuestos a través de paraísos fiscales. Todo pensado para que los que más tienen paguen menos. ¿Y los que menos tenemos…? Pues a pagar más, claro. Esa es la idea de estímulo fiscal que nos vende el neocapitalismo y sus medios cómplices.
No vemos la realidad. Vemos solo lo que los medios quieren 
mostrarnos.
Pero aún hay más. Aparte de aplicar la lógica, la sensatez o el sentido común hay otro medio todavía más infalible para comprobar que las políticas económicas neoliberales son un fiasco: hay multitud de precedentes, casos reales, que lo confirman. Lo que en Europa se está haciendo con los países de la periferia, los llamados PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia… Por si alguien no sabe a quién corresponde la ‘S’, ahí va una pista: el nombre está en inglés) ya se ha hecho antes con los países del Sur. Y no funcionó. Eso lo sabe toda Hispanoamérica, que padeció medidas similares en la década de los ochenta. El rotundo fracaso de aquellas políticas hizo que en América del Sur se conozca a los años ochenta como «la década perdida». Nuestro futuro es la crónica de una suerte anunciada. La propia ONU aseguró la semana pasada que las medidas que se están aplicando en Europa retrasan la recuperación económica. ¿Alguien ha visto a algún telediario hacerse eco de ello?
Estamos atravesando una crisis –o una estafa– que no tiene precedentes, pero se intenta atajar con soluciones obsoletas que se sabe que no funcionan. Se están aplicando en Europa las mismas políticas que llevan décadas utilizándose contra los países del Tercer Mundo y que solo han servido para empobrecer más a esos países y agravar el problema de su deuda hasta extremos insoportables. El Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo están en manos de corruptos y criminales saqueadores que ahora vienen a por nosotros. Los economistas lo saben. Los mercados lo saben. Los Gobiernos lo saben. Los medios lo saben. ¿Por qué gran parte de la ciudadanía no está al tanto? La respuesta es obvia: porque esta partida está amañada. Los mercados juegan con cartas marcadas.

Red Kite, junio 2011.

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Disculpe el señor                                                         Nuestras barbas en remojo

miércoles, 22 de junio de 2011

Disculpe el señor (Serrat reloaded)


Disculpe el señor
si le interrumpo, pero en la Puerta del Sol
hay mil indignados que
preguntan insistentemente por usted.
No quieren reformas, no...,
ni son de partidos de izquierda,
ni de ningún sindicato.
Son pobres que están hartos del sistema.
No entendí muy bien
si quieren derribarlo o quieren reinventarlo,
pero, por lo que parece,
por fin se han dado cuenta del poder que tienen.
¿Quiere que les diga que el señor salió...?
¿Que envíen mañana a quien los represente...?
¿O mejor les digo como el señor dice:
«Las reformas se mantienen,
Me cueste lo que me cueste».
Disculpe el señor,
se nos llenó de pobres la Puerta del Sol
y no paran de acampar,
también en Barcelona y treinta plazas más.
"Estos son los pobres de los que le hablé".
Y como el señor no los escuchó
y ha perdido las elec-ciones,
quieren reformar la Constitución
y limpiar las Institu-ciones
de golfos y corrupción.
O los escucha o desaloja, una de dos.
que mientras estamos hablando
llegan más perroflautas y siguen llegando.
¿Quiere usted que mande a los antidisturbios
y que lo revienten algunos infiltrados...?
¿O mejor les digo como el señor dice:
«No quería; me obligaron
para calmar los mercados...?»
Disculpe el señor
pero este asunto va de mal en peor.
Vienen a millones y,
curiosamente, vienen todos hacia aquí.
Traté de contenerles, pero ya ve:
la protesta me ha superado.
Estos son los pobres de los que le hablé...
Le dejo con los indignados,
y entiéndase usted...
Una palabra suya y los disolveré.
Pero tenga usted en cuenta
que no es recomendable el uso de la fuerza;
que estos lo tienen muy claro:
si usamos la violencia, salen reforzados.

Adaptación de Red Kite sobre una canción de Joan Manuel Serrat (1992).
Junio 2011.

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Gracias, Jorge                                                      Mercados con cartas marcadas

viernes, 17 de junio de 2011

Gracias, Jorge (redefinición de violencia)

Próxima parada, 19 de junio.
Fuente: http://vocesonfutura.tumblr.com
Jorge es un ciudadano como otros muchos. Jorge vive en Madrid y se levanta todos los días para ir a trabajar durante casi diez horas por 700 euros al mes. Jorge sabe que en España hay casi cinco millones de parados y que hay otros muchos que cobran aún menos que él, pero sabe también que eso no lo convierte en afortunado. Es consciente de que cada vez hay más familias a las que les sobra mucho mes al final del sueldo. Jorge sabe que quienes gobiernan están al tanto de esta situación, que se repite en millones de hogares, pero lo consienten. A eso, Jorge también lo llama violencia.
Jorge sabe que hay millares de familias que tuvieron que hipotecar toda su vida en unas condiciones abusivas, draconianas, para conseguir un techo. Sabe que los bancos que provocaron la burbuja inmobiliaria y la crisis posterior concediendo préstamos para inflar artificialmente el valor de sus activos son los mismos bancos que ahora ejecutan las órdenes de embargo que dejan a esas familias en la calle y con una deuda insoportable. Jorge sabe que cuando la policía llega a las casas para consumar el desahucio por la fuerza, se producen dramáticas escenas delante de esposas, maridos e hijos. A eso, Jorge también lo llama violencia.
Jorge pasa todas las noches por el metro de Oporto, donde puede constatar que son habituales los cacheos y las redadas entre los inmigrantes que han cometido el delito de tener la piel más oscura y venir a España en busca de un futuro que en su país de origen se les ha negado. Jorge sabe que en las comisarías y los centros de acogida, el trato vejatorio a esas personas no es ninguna excepción. Y sabe que los políticos mienten con cinismo al negar esa realidad. A eso, Jorge también lo llama violencia.
Jorge sabe que una parte importante del dinero de los recortes de sueldos y pensiones se destina a sanear las cuentas de los ricos, que emplean esas sumas en comprar más deuda soberana para seguir siendo los dueños de los Estados. Sabe que es la avara tiranía de los poderosos la que está detrás de las amputaciones de derechos y servicios que afectan a la inmensa mayoría. Sabe que nuestros políticos gobiernan y legislan para los que más tienen. A eso, Jorge también lo llama violencia.
Jorge se declara pacifista y no violento, aunque sufre la violencia como muchos otros. Jorge sabe que esa violencia no se denuncia en los medios. Los mismos medios en los que sí se difunde a bombo y platillo el vandalismo de unos pocos incontrolados, exagerándolo y generalizándolo para tratar de desacreditar a un movimiento ciudadano cívico y pacífico. Un movimiento que, simplemente, se ha plantado para decir basta. Hasta es posible que Jorge sospeche que entre los alborotadores haya también infiltrados que se camuflan cobardemente entre la masa para reventar la protesta. Jorge tiene claro que unas violencias son peores que otras, aunque el poder mediático pretenda darle la vuelta a las noticias.
Jorge llamó ayer al programa En días como hoy, de RNE, para exponer su punto de vista. Y lo hizo con una claridad, una serenidad y una contundencia que ya querrían para sí muchos oradores profesionales que viven de la política. Jorge resumió en menos de tres minutos lo que otros no han conseguido transmitir en toda su carrera. Jorge representó mejor que ningún político o dirigente sindical el verdadero sentir de un Pueblo harto de pagar unos platos que no ha roto. Dejó de mencionar muchas cuestiones. En su denuncia no están todas las verdades, pero son verdad todas sus denuncias.
Jorge aprovechó la oportunidad para animar a todos los que se sienten como él a echarse a la calle el próximo domingo para expresar su opinión, su indignación y su cabreo. Jorge proporcionó ayer a la convocatoria del 19-J la mejor cuña radiofónica que pueda imaginarse. Todos debemos estarle agradecidos.
Gracias, Jorge.
Red Kite, junio 2011.

[Gracias también a desdelacantera por subir el audio.]



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Creer para ver                                                                            Disculpe el señor

jueves, 16 de junio de 2011

Creer para ver (denuncia de una manipulación)

Los mossos, sin identificación. Al otro lado de la valla, dentro
del parque cerrado ayer al público, un elemento sospechoso.
Clic para ampliar.
Quienes llevan semanas buscando la forma de minar la legitimidad de la protesta de los acampados creen haberla encontrado en los casos de violencia aislada que se produjeron ayer en Barcelona. Es importante remarcar lo de ‘aislada’ porque, por lo visto hasta ahora en los telediarios, esa violencia se ha magnificado de manera capciosa y manipuladora. Para la práctica totalidad de los medios de comunicación, lo ocurrido «mancha» y «fractura» al 15M y «dilapida» el apoyo popular del movimiento. Algunos aseguran incluso que los violentos «robaron documentos y carteras a los parlamentarios» y que los diputados «temieron por su vida». Digan lo que digan estos mercenarios de la noticia con sus mentiras interesadas, los incidentes que se produjeron durante el intento de bloquear el acceso al Parlament NO fueron en absoluto generalizados. El tono general de la concentración ciudadana fue pacífico y organizado, a juego con el civismo que los indignados vienen demostrando desde hace un mes.
Cuando se destapan casos de corrupción, es curioso observar cómo nuestros políticos, sean del color que sean, se apresuran a entonar con sospechosa unanimidad el salmo de la excepcionalidad: Se trata, nos aclaran, de casos aislados que de ningún modo pueden generalizarse a toda la clase política, cuya honradez y buenas intenciones no deben ponerse en duda; la excepción no hace norma. Este estribillo monocorde es convenientemente amplificado por los medios a sueldo, que son casi todos. Cuando los hinchas de un equipo de fútbol se reúnen a millares para celebrar algún triunfo, es frecuente que la fiesta termine con disturbios violentos. La prensa y los telediarios nos hablan entonces de «grupos de incontrolados» que empañan la celebración. Tampoco aquí se hace regla de ninguna excepción. En el caso del movimiento 15M, en cambio, la partitura cambia por completo. Unos pocos granos forman playas, montañas y hasta cordilleras. Automáticamente, la protesta, toda ella, pasa a ser tachada de violenta y antidemocrática. Las etiquetas habituales (antisistema, anarquistas, comunistas) salen a relucir. No fueron más que unos pocos, pero acaparan las televisiones, las emisoras de radio y la prensa escrita y digital. Como siempre, el pseudoperiodismo es fiel a la vieja máxima de «no dejes que la realidad te estropee un buen titular». El objetivo es claro: confundir y engañar a la ciudadanía para que no cometa el error de unirse a las reivindicaciones. Y, de paso, conseguir que no se hable de los motivos de la manifestación: el salvaje recorte a los servicios públicos que el Parlamento catalán tenía ayer en su agenda.
Por fortuna, hoy en día la tecnología pone la captación de imágenes al alcance de cualquiera. En cada concentración hay miles de teléfonos móviles capaces de grabar lo que ocurre y difundirlo casi de inmediato a través de Internet. Para su desgracia, los manipuladores ya no tienen el privilegio de la exclusividad sobre la divulgación de la información. Como consecuencia, muchos miles de personas ya han visto estas fotografías, tomadas ayer en Barcelona:

Clic en la foto para ampliar.
Como puede verse, unos presuntos civiles charlan amigablemente al otro lado del cordón policial, apoyados sobre un coche patrulla. Son los mismos que fueron señalados por algunos manifestantes como los alborotadores que habían empezado los disturbios. Algunos de ellos van embozados para ocultar su rostro y su pinganillo. En el siguiente vídeo, que es la estrella audiovisual del día en Youtube, se aprecian más detalles:

Las imágenes dan que pensar, y no precisamente bien. Es indudable que estos individuos no son manifestantes. O trabajan para la policía o colaboran con ella. Identificados y señalados por la multitud, se reagrupan para evitar posibles agresiones. Agresiones que no se producen, dado que los verdaderos manifestantes no son tan violentos como se pretende hacernos creer. Uno de ellos, con la cara tapada, parece estar hablando por debajo de su máscara y se sube el embozo para ocultar el pinganillo de su oreja. Poco después, llegan unos policías uniformados, con cascos, porras y trajes de Batman –pero sin la identificación obligatoria– para sacarlos de allí; no detenidos, sino escoltados. El que no lo crea, no lo podrá ver.
Es evidente que ni la secuencia ni las fotos permiten concluir que sean estos elementos los alborotadores que provocaron los disturbios (si se pudiera demostrar, podría perseguírseles, como mínimo, por un delito de alteración del orden público, un cargo gravísimo en el caso de que, efectivamente, sean policías). Pero no es menos obvio que su comportamiento está lejos de parecerse al de unos agentes de paisano infiltrados entre la masa para controlar la manifestación. Cuando es ese su trabajo, los secretas actúan en grupos mucho más reducidos. Pero, si no era esa su función, ¿qué estaban haciendo allí esos individuos? Una inquietante pregunta, que seguramente ninguna autoridad se molestará en investigar.
La Fiscalía investiga, eso sí, los ataques a los diputados (con armas tan peligrosas como espráis de pintura o cáscaras de plátano), que Artur Mas ha calificado de «kale borroka» y contra los que anuncia «contundencia». Para asegurar esa contundencia, los Mossos habilitaron ayer una oficina provisional en el Parlament para que los diputados que hubieran sufrido algún tipo de agresión pudieran presentar la correspondiente denuncia. Una vez más, la ley del embudo: a las víctimas de la brutalidad policial se les exige que identifiquen a unos agresores que no llevaban la identificación a la que están obligados por ley; a sus señorías, se les lleva la comisaría a la oficina. Ver para creer. ¿O es creer para ver?

Red Kite, junio 2011.

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La cortina de humo                                                                        Gracias, Jorge

martes, 14 de junio de 2011

La cortina de humo (respuesta de Anonymous)

En teoría, la finalidad –y la obligación– de los cuerpos de seguridad del Estado español es la de proteger y velar por la seguridad de la ciu-dadanía. También en teoría, la función de los medios de comunicación es la de informar al público. Unos y otros se financian, en todo o en parte, con dinero público. Con dinero nuestro; de todos. Los últimos acon-tecimientos en España confirman, más que nunca, que esa teoría no se está cumpliendo. El verdadero fin de estos poderes es el de controlar a la población y mantenerla alienada y alejada de lo que ocurre dentro y fuera de nuestras fronteras. Quienes deberían estar a nuestro servicio, ya que pagamos sus sueldos, se dedican en realidad a proteger a los poderosos y a mantener el statu quo de obscena desigualdad, reprimiendo a quienes protestan ante tanta injusticia y silenciando las denuncias de quienes desenmascaran esta farsa.
Desde hace mucho tiempo, los Estados occidentales supeditan los intereses de las personas físicas a los de las personas jurídicas que gobiernan de facto. Los cuatro poderes de la Democracia –incluyendo al mediático, que es quizá el más influyente– gobiernan, legislan, juzgan e informan con un único objetivo: el de que nada cambie, para que la oligarquía financiera internacional siga siendo la dueña de nuestros mercados, de nuestra deuda, de nuestras vidas y las de nuestros hijos. Para que una raquítica minoría criminal y corrupta siga manejando el destino de la inmensa mayoría.
Ante la impresentable manipulación que los medios de desinformación y las autoridades policiales han urdido alrededor de la reciente detención en España de tres presuntos miembros de Anonymous, y vista la cortina de silencio y censura que se pretende tejer para esconder sus mensajes a la opinión pública, este blog quiere hacerse eco del comunicado que este colectivo de ciberactivistas ha emitido en respuesta a esas detenciones. A continuación se incluyen la transcripción y el vídeo de dicho mensaje. Queremos insistir, una vez más, en que no tenemos relación alguna con el grupo Anonymous ni con sus actividades. Únicamente difundimos el vídeo y el texto para que la ciudadanía pueda juzgar por sí misma:


 «Ciudadanos de España:
Anonymous es un colectivo de individuos independientes, sin líderes, sin cúpulas y sin que nadie nos dirija. Somos personas que vemos coartada la libertad de expresión en la vida diaria y en Internet, como si fuéramos simples marionetas sin derecho a protestar ni reclamar nada. Pero se equivocan. Hemos dicho basta. Nos hemos rebelado contra un sistema que nos creía dormidos y sumisos, que pensaba que sus actos serían impunes, y que la verdad podía ser ocultada para siempre. Este sistema es el mismo que castiga a quienes intentan decir la verdad. Por esto, queremos dar a conocer al Pueblo español, a la Policía Nacional, al Gobierno de España y al mundo nuestra decisión y reflexión, a través de la siguiente declaración:
Desde Anonymous venimos observando los últimos acontecimientos ocurridos en España: cómo se ha utilizado el nombre de Anonymous como una cortina de humo para desviar la atención de los desalojos que se están produciendo en las diferentes plazas de todas las ciudades, ocultando así una violencia desproporcionada por parte de la policía; vemos cómo se intenta maquillar la realidad social deplorable de un Gobierno ineficaz que, no solo no sabe cómo arreglar las cosas, sino que no quiere escuchar al Pueblo para arreglarlas.
La Policía Nacional, tanto en su comunicado televisivo como posteriormente, solo ha dicho mentiras. No han detenido a ninguna cúpula, porque no tenemos cúpula. El servidor que requisaron no era de Anonymous. Era un pequeño servidor de IRC con el que avisamos a los nuestros. No tenemos ninguna vinculación con ninguna banda terrorista, ni apoyamos el terrorismo, ni apoyamos ningún tipo de violencia. No vamos a publicar ningún dato de las fuerzas del Estado en ningún poder de apología al terrorismo, ni atacaremos ningún medio de comunicación, porque entendemos que la libertad de expresión no es negociable para nadie. Nada de lo que dice es cierto, salvo que somos muchos, que somos legión, que somos todos.
La prensa, los abogados, los profesionales de las tecnologías de la información, los ciudadanos…, todos se han mofado de tales declaraciones, dejando en evidencia la ineptitud de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Pero desde Anonymous estamos viendo que detrás de esas declaraciones hay algo que no quieren que veamos. Se están disolviendo las marchas; se está cargando contra los indignados brutalmente; se está desalojando a los acampados. Y no lo podemos permitir.
Dicho esto, y conscientes del abuso de poder por parte del Gobierno español y de la Policía Nacional, queremos hacer un llamamiento a todos los ciudadanos de España y del mundo que tengan conciencia social, y a los que no, para que se impliquen ahora más que nunca. Para que salgan a la calle con insistencia, constancia, alegría, contundencia y pacifismo. Los que no puedan, sepan que pueden colaborar en los ataques. Cada cual en su propio ámbito, cada uno con su nivel de compromiso, para que entre todos podamos destruir la censura, la corrupción, el abuso de poder y podamos vivir en libertad de expresión y decidir nuestro futuro y el de nuestros hijos.
Reiteramos que nuestras manifestaciones no tienen un carácter político, y continuaremos con las mismas hasta que reflexionen al respecto. Es el momento de que cambiemos las cosas. Es tu momento. Manifiesta tu indignación. Sal a la calle. Pelea por tus derechos.
Pueblo de España: no están solos. Anonymous está con ustedes. Somos Anonymous. Somos legión. No perdonamos. No olvidamos. Espérenos.
Tú decides».

Red Kite, junio 2011.

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In cúpula cupulórum                                                                      Creer para ver


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domingo, 12 de junio de 2011

In cúpula cupulórum (crónica de un esperpento policial)


De la peligrosidad de la presunta cúpula de Anonymous detenida el viernes por la eficiente policía española da una idea el hecho de que los tres jóvenes fueran puestos en libertad esa misma tarde. A pesar de ello, nuestros ladinos medios de comunicación, obedientes perros fieles a la voz de su amo, difundieron la noticia a bombo y platillo, como si se tratara de un golpe definitivo a una organización terrorista internacional. La esperpéntica rueda de prensa ofrecida por los gerifaltes policiales demostró que nuestras fuerzas de seguridad no solo han perdido el norte, sino que además han perdido el sentido del ridículo, si es que alguna vez lo tuvieron. La conferencia tuvo momentos dignos de una película de Berlanga o de un capítulo del show de Benny Hill. Ver a un alto funcionario de la Policía Nacional, con el uniforme oficial cuajado de galones y banderitas, exhibiendo, entre el material incautado, una máscara de Guy Fawkes («el último hombre en entrar al Parlamento con intenciones decentes») es algo que provoca carcajadas y hasta rubor ajeno. Una jaimitada más propia de Chiquito de la Calzada. Para colmo, el mandamás de turno confundió en sus declaraciones la expresión “denegación de servicio” con “denegación de auxilio” (minuto 3:10 de la rueda de prensa que se enlaza), dejando patente su profundo conocimiento de lo que se trae entre manos la Brigada de Investigación Tecnológica. Según nuestros sagaces sabuesos, las acciones de los tres jóvenes «pueden parecer trastadas de chavales, pero ya es delito». A muchos, en cambio, lo que nos parece una chiquillada es precisamente la ingenua y pueril actuación policial, que pone en entredicho el conocido axioma de que «la policía no es tonta».
  Cuesta creer que no es un chiste: el madero exhibe con una
  sonrisa inteligente el peligrosísimo material incautado.
Pues bien: Anonymous ya ha dado su respuesta a esa actuación. Cum-pliendo la palabra dada en el comunicado que abre este post, la página web de la Policía Nacional fue tumbada ayer por la noche, a la hora anunciada. El bloqueo del portal, pro-vocado por numerosos ataques de denegación de servicio, se prolongó hasta bien entrada la madrugada y afectó también a los portales del INEM y del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). El pronóstico de la hidra multicéfala parece haberse cumplido a rajatabla. El hashtag de Twitter #opPolicia hierve de comentarios.
Mientras tanto, los medios de comunicación siguen a lo suyo: manipulando, que es gerundio. La liberación de los tres activistas de Anonymous a las pocas horas de su detención ha sido silenciada de manera casi unánime. Como muestra de la censura impuesta en los canales convencionales, basta un botón: esta mañana hemos colgado en la edición digital de Público –el abanderado de los medios progresistas de este país– un comentario con un enlace a nuestra traducción de un reciente comunicado de Anonymous. Dicho comentario ha sido convenientemente censurado por los moderadores del periódico de Mediapro. Eso no ha impedido, sin embargo, que otros usuarios –con quienes no tenemos relación alguna– colgaran el mismo enlace y que varios cientos de lectores del artículo en cuestión hayan visitado hoy este blog para consultar la versión castellana de dicho comunicado. Público y otros medios pretendidamente progresistas dedican mucho espacio a criticar a la caverna mediática, pero utilizan sus mismos métodos cavernícolas de manipulación.
Como la policía, como los gobernantes de los países miembros de la OTAN, como todos los corruptos mandamases que anhelan perpetuar su opresión sobre los pueblos, los medios de comunicación siguen estando ciegos. Y su ceguera es la más grave de todas, porque es voluntaria. Se resisten a reconocer que la represión y la censura no hacen sino multiplicar las cabezas de la hidra. Se niegan a admitir la evidente decadencia de su pestilente tinglado transnacional de mentiras. Ven venir el fin, pero cierran los ojos. Se trata de una vieja reacción muy conocida: TIENEN MIEDO.

Red Kite, junio 2011.

[Otros comunicados de Anonymous en vídeo:



Más información sobre Anonymous en:


o en las cuentas de Twitter @Anon_Central y @YourAnonNews.]

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La serpiente sin cabeza                                                          La cortina de humo


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viernes, 10 de junio de 2011

La serpiente sin cabeza (comunicado de Anonymous)

"SOMOS ANONYMOUS
Porque ninguno de nosotros es tan cruel como cualquiera de 
vosotros".
“Saludos, señores de la OTAN. Somos Anony-mous.
En un documento reciente, habéis señalado a Anonymous como una amenaza «para el Go-bierno y para el Pueblo». También habéis decla-rado que el secreto es un ‘mal necesario’ y que no siempre la democracia es el modo correcto de avanzar.
Anonymous quiere recordaros que el Gobierno y el Pueblo son, contrariamente a los que se supone que deben ser los principios de la ‘democracia’, entidades distintas con objetivos y deseos enfrentados a menudo. Para Anonymous, cuando hay un conflicto de intereses entre el Gobierno y el Pueblo, la que debe tener prioridad es la voluntad del Pueblo. La única amenaza que la transparencia supone para el Gobierno es la de amenazar su capacidad para actuar con métodos con los que el Pueblo no estaría de acuerdo, sin tener que afrontar las consecuencias democráticas y las responsabilidades de ese comportamiento. Vuestro propio informe cita un ejemplo perfecto: el ataque de Anonymous a HBGary [la principal empresa norteamericana de seguridad informática, proveedora del Gobierno federal y de las principales corporaciones. HBGary fue atacada en febrero de este año por Anonymous, que sustrajo documentación que mostraba oscuras maniobras para evitar que WikiLeaks publicara información comprometedora sobre las actividades del Bank of America. N. del T.]. Es irrelevante si HBGary actuó para obtener ventajas militares o de seguridad; el hecho es que sus actuaciones eran ilegales y moralmente condenables. Anonymous no acepta de ningún modo que el Gobierno y/o el Ejército tengan derecho a estar por encima de la Ley y a usar el falso cliché de la «seguridad nacional» para justificar actividades oscuras e ilegales. Si el Gobierno ha de romper las normas, debe también estar dispuesto a aceptar las consecuencias democráticas de ello en las urnas. Nos negamos a aceptar el status quo actual, mediante el cual un Gobierno puede contar una historia a la gente y otra distinta en privado. La falta de honradez y el hermetismo minan por completo el concepto de autogobierno. ¿Cómo puede la gente juzgar a los representantes a los que vota sin ser plenamente consciente de las políticas que practican?
Cuando se elige un Gobierno, se supone que es para «representar» a la nación a la que gobierna. Básicamente, esto significa que las decisiones de un Gobierno no son las decisiones de las personas que gobiernan, sino decisiones tomadas en nombre de cada uno de los ciudadanos de ese país. Es inaceptable mantener una situación en la que, en muchos casos, el Pueblo desconoce total y absolutamente qué es lo que se dice y se hace en su nombre, en la intimidad de los despachos.
Anonymous y WikiLeaks son entidades distintas. Las acciones de Anonymous no pretenden ayudar, ni tampoco han sido solicitadas por WikiLeaks. Sin embargo, Anonymous y WikiLeaks comparten una característica común: no constituyen una amenaza para ninguna organización, a menos que esa organización haga algo malo y pretenda irse de rositas.
Nuestra intención no es amenazar el modo de vida de nadie. Nuestra intención no es dictar nada a nadie. Nuestra intención no es aterrorizar a ninguna nación.
Simplemente pretendemos quitarle el poder a los intereses creados y devolvérselo al Pueblo, a quien, en una democracia, nunca debería habérsele arrebatado.
El Gobierno hace las leyes. Pero eso no le da derecho a romperlas. Si el Gobierno no hubiera hecho nada oscuro o ilegal, no habría nada «embarazoso» en las revelaciones de WikiLeaks, ni habría habido ningún escándalo con HBGary. Los escándalos provocados no han sido resultado de las revelaciones de Anonymous o WikiLeaks; son resultado del CONTENIDO de esas revelaciones. Y la responsabilidad sobre esos contenidos debe recaer únicamente sobre los políticos que, como cualquier entidad corrupta, creyeron ingenuamente que estaban por encima de la ley y que nunca los cogerían.
Sugerente cartel del colectivo Anonymous.
El Gobierno y las grandes corporaciones han dedicado muchos comentarios al asunto de «cómo podemos evitar filtraciones similares en el futuro». Las soluciones van desde mejorar la seguridad hasta reducir los niveles de transpa-rencia, pasando por endurecer las penas para los chivatos o la censura de la prensa.
Nuestro mensaje es simple: no mintáis a la gente, y no tendréis que preocuparos por que vuestras mentiras puedan quedar expuestas. No hagáis negocios corruptos, y no tendréis que preocuparos por que se destape vuestra corrupción. No rompáis las reglas, y no tendréis que preocuparos por que eso pueda acarrearos problemas.
No tratéis de arreglar vuestro juego de las dos caras ocultando una de ellas. En lugar de ello, probad a quedaros solo con una; una cara honrada, transparente y democrática.
Sabéis que no nos tenéis miedo porque seamos una amenaza para la sociedad. Nos tenéis miedo porque somos una amenaza para el orden jerárquico establecido. Anonymous ha demostrado a lo largo de los últimos años que la jerarquía no es necesaria para alcanzar grandes progresos. Tal vez nos teméis porque os habéis dado cuenta de vuestra irrelevancia en una era que ha superado su dependencia de vosotros. Vuestro verdadero terror no está en un colectivo de activistas, sino en el hecho de que vosotros y todo lo que defendéis se ha visto superado por una marea de cambios y de avances tecnológicos.
Por último, no cometáis el error de desafiar a Anonymous. No cometáis el error de creer que podéis decapitar a una serpiente sin cabeza. Si rebanáis una de las cabezas de la Hidra, en su lugar crecerán diez más. Si hacéis caer a un miembro de Anonymous, se nos unirán otros diez, simplemente como reacción a vuestro intento de pisotear la disidencia.
Para vencer al movimiento que nos une, vuestra única opción es aceptarlo. Este mundo ya no es vuestro. Este mundo es nuestro; es el mundo del Pueblo.
Somos Anonymous.
Somos legión.
No perdonamos.
No olvidamos.
Idos preparando.


[NOTA: El traductor, aunque suscribe gran parte del discurso de este comunicado, no pertenece al movimiento Anonymous, ni tiene vinculación alguna con las actividades de este colectivo. Se limita a difundir el texto, por considerar que sus reflexiones constituyen un saludable ejercicio de auténtica democracia.]

Traducido por Red Kite, junio 2011.

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